La forma en cómo se diseñan, construyen y gestiona el espacio público de nuestras ciudades juega un papel fundamental en facilitar la inclusión de las mujeres en los mercados laborales, en la distribución de la carga de cuidados en el hogar, y en prevención de la violencia de género en espacios públicos. Además, el acceso a la vivienda digna sigue siendo más difícil para las mujeres que para los hombres. Abordar estos retos requiere, a nivel nacional, de marcos normativos sólidos esenciales para garantizar los derechos básicos de las mujeres, especialmente en lo que respecta a los derechos a la vivienda y las leyes de herencia, facilitar el acceso al crédito hipotecario, la política de tierras y la seguridad de la tenencia, y las leyes contra la violencia de género. A nivel local, se requieren regulaciones e intervenciones urbanas sensibles al género, particularmente en el diseño y gestión de sistemas de movilidad de transporte, servicios y espacios públicos.
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