La brecha de género en la asistencia a la educación primaria está cerrada y es favorable a las niñas en el nivel secundario y superior. Sin embargo, en la mayoría de los países de la región, las niñas obtienen peores resultados que los niños en matemáticas y ciencias, diferencias que se amplían durante su vida estudiantil, dejándolas rezagadas en esas áreas. Esto provoca una ausencia desproporcionada de mujeres en determinadas industrias y empleos, contribuyendo a la brecha salarial de género. Además, en el ámbito sanitario, una gran proporción de mujeres de la región carece de acceso a la tecnología reproductiva. La mortalidad materna se mantiene elevada y las adolescentes (15-19 años) presentan tasas de embarazo que superan en 20 puntos el promedio mundial. ¿Cómo avanzar en este tema? Descarga el informe de políticas elaborado por el GDLab haciendo clic aquí y accede en el buscador a las investigaciones de esta iniciativa para aprender más.