

América Latina y el Caribe es una región diversa, y como tal, los espacios públicos y privados, como la vivienda, deben estar diseñados para incluir a todos sus habitantes. La accesibilidad universal y las adaptaciones razonables son clave para lograr espacios inclusivos. Sin embargo, la mayoría de las ciudades y las viviendas siguen sin tener en cuenta las necesidades de todos sus usuarios, particularmente de adultos mayores y personas con discapacidad. A su vez, las ciudades necesitan facilitar el acceso a los beneficios de la urbanización a todos sus residentes, independientemente de su identidad o procedencia. Actualmente, los hogares cuyo jefe de hogar se identifica con una comunidad indígena, afrodescendiente o LBGTQ tienen mayores probabilidades de residir en un asentamiento informal o en una vivienda con carencias. A su vez, es importante que las ciudades den oportunidad de participar en la vida cultural a todos sus habitantes, reconociendo la riqueza del acervo cultural de una población diversa.
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